Séneca Falls - un antes y un después

 

Seneca Falls


En el siglo XVIII se establecieron las bases intelectuales del feminismo, pero no es hasta el siglo XIX cuando estas se solapan con las bases sociales. Así, el feminismo se va a convertir en un movimiento social; el sufragismo. Dicho movimiento tiene un acto fundacional, del que quiero hablar, denominado la Declaración de Sentimientos o Declaración de Séneca Falls.

Se trata de la primera convención sobre los derechos de la mujer en Estados Unidos, del 19 al 20 de julio de 1848. Esta tuvo lugar por varios factores; la Revolución Industrial, la creciente urbanización, la expansión de las clases medias, la reducción del tamaño de la familia, el protestantismo y el liberalismo.

Los últimos dos puntos son fundamentales, ello ya que hablamos de un tiempo de grandes movimientos sociales y de reforma. Por una parte tenemos el abolicionismo; movimiento político de lucha de los hombres negros por su reconocimiento en los derechos de los blancos, su lucha por el voto. En este contexto las mujeres de la época (luego sufragistas) van a militar en ésta lucha política.

De la otra mano viene la importancia de las nuevas religiones (el segundo gran despertar). Tienen gran influencia los cuáqueros, en EEUU, que defendían la interpretación individual de los textos sagrados. Este paso favoreció que un núcleo importante de mujeres aprendieran a leer y escribir. La educación desarrolló una clase media de mujeres educadas, mujeres que se empiezan a movilizar. 

Junto con el inminente cambio cultural y económico que vivía Estados Unidos tiene lugar, en Londres en 1840, el Congreso Antiesclavista Mundial. Pues bien, este acontecimiento es vital para la posterior conferencia de Seneca Falls. De la delegación norteamericana formaban parte cuatro mujeres a las que se les impidió participar,  por el hecho de ser mujeres. Entre estas estaban Lucretia Mott y Elizabeth Cady Stanton, las cuales volvieron a Estados Unidos indignadas y con el firme propósito de planificar una convención similar sobre los derechos de la mujer.

Se planteó pues como una convención <<para discutir la condición y los derechos sociales, civiles y religiosos de las mujeres>>. Además se planteó basarse en la Declaración de Independencia de Estados Unidos de 1779; por lo que se estipuló la redacción de una lista de quejas, al igual que hicieron los colonizadores en la citada declaración. Esto es básico para dar legitimidad política a sus reivindicaciones y para utilizar la filosofía que ya estaba asentada en la estructura del país.

Estas mujeres sabían de sobra que para cambiar la sociedad había que cambiar la opinión pública. Su materialización tiene lugar en una convocatoria de mujeres y hombres de distintas asociaciones y organizaciones políticas, del ámbito liberal, a una reunión (primer foro público y colectivo de las mujeres). Ésta marcó un hito en el feminismo internacional; ello ya que quedó consensuado uno de los primeros programas políticos feministas.

Lo que se denuncia son las restricciones políticas y civiles a las que estaban sometidas las mujeres; el hecho de que tanto en la Iglesia como en el Estado solo se le permitiera a la mujer ocupar un papel de subordinación.

Así comienza el texto, instando a las mujeres a que se alcen, que dejen su posición de subordinación alegando <<Que la mujer es igual al hombre –que así lo pretendió el Creador- y que por el bien de la raza humana exige que sea reconocida como tal>>. Ello siempre desde la base religiosa; asegurando la existencia de una subordinación en base a una lectura tergiversada de las Sagradas Escrituras; que lo que ha de primar es la Ley dictada por Dios <<El hombre ha de perseguir su verdadera y sustancial felicidad>>.

Se habla, por una parte, de las restricciones políticas: de no participar en la creación de las leyes, no poder presentarse a las elecciones, ocupar cargos públicos, afiliarse a organizaciones políticas, ni votar (aunque este último punto fue un poco conflictivo; ello ya que el derecho al voto aun no era una reivindicación para todas). Igualmente tienen gran importancia las restricciones religiosas: sobre todo cobra les parece relevante hablar en público y predicar en las reuniones religiosas, es decir, quieren formar parte de los grandes temas religiosos y morales. Por último hablan de los derechos civiles y económicos: querían participar en la creación de las leyes, que mujeres y hombres fueran juzgados con la misma severidad, el acceso a la educación superior. En el plano económico también se tiene en cuenta la prohibición de tener propiedades, de dedicarse al comercio, de poder abrir una cuente corriente, etc.

Vemos pues que la mujer se convierte en sujeto de acción política. Estas se expresaban en contra de la negación de los derechos sociales, civiles y jurídicos para las mujeres. Es a partir de este momento cuando las mujeres en Estados Unidos empezaron a luchar de forma organizada a favor de sus derechos, tratando de conseguir una enmienda a la Constitución que les diera el acceso al voto. Así empezó este gran periodo sufragista, con la firme intención de  convencer a los estadounidenses que, al igual que los esclavos, las mujeres merecían derechos bien definidos y protegidos por las leyes. Ello bajo la base de que <<Todos los hombres y las mujeres fueron creados igual>>.

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